Cuando te pide entrevista la familia Anti ESI

Digamos la verdad…no hay familias anti ESI (aunque ellas puedan incluso definirse así).

Pero sí hay familias temerosas y llenas de prejuicios

Hay familias con información errónea y sin la posibilidad de abrir un poco su esquema mental

Hay familias sin educación sexual integral.

¿Y qué podemos hacer desde las escuelas con esto?

Como en todas mis propuestas el primer paso para mí es realizar un análisis de situación, es decir, fijarnos cuántas familias concretas plantean que no quieren que sus hijos o hijas reciban ESI en la escuela. Estoy segura que si hacés este ejercicio te vas a sorprender porque suelen ser pocas en relación con el resto del grupo, pero, lo sé, pueden ser muy ruidosas e insistentes.

Esta acción de identificarlas te va a permitir ver cuál es el argumento que utilizan (o la consigna que repiten, porque muchas veces es sólo eso: repetir frases hechas) y así trabajar sobre eso.

Por ejemplo, me acuerdo hace muchos años, una mamá vino a una entrevista en la que yo tenía que marcarle que su hijo estaba teniendo actitudes desubicadas con sus compañeras: les tocaba la cola o hacía comentarios sexuales que las incomodaban. Ante este comentario, su actitud fue culparme a mí porque yo daba educación sexual y eso, según ella, “lo excitaba y alentaba a tener esas actitudes”

😲 scuis mi?? Imaginá mi cara de aquel momento…

Pero analicemos su línea de pensamiento:

  • Para ella los varones se excitaban y podían descontrolarse y esto era culpa de las mujeres o de quienes “provocaban” la situación. En este caso éramos dos agentes quienes “provocábamos”: las nenas (por el hecho de serlo) y yo por habilitar la palabra.
  • El segundo pre concepto que esta madre tenía era que la culpa siempre es del otro …y esto va más allá de cuestiones de sexualidad. Tiene que ver con patrones de crianza y con educar personas que no se hacen cargo de sí mismos.
  • Y finalmente tenía  la idea que hablar y saber de sexualidad “erotizaba” a los niños y niñas. Y este es uno de los preceptos que manejan las organizaciones del estilo de “Con mis hijos no te metas”. Su idea base es que las infancias y adolescencias son “seres puros y angelados” que no están atravesados por la sexualidad.

Y aquí hay varios errores: primero confunden sexo con sexualidad. Lo que sí no pueden procesar niños y niñas es el concepto de sexo, de genitalidad pero sí comprenden y viven la sexualidad, pensada en su concepto más amplio.

Entonces, este es el primer tabú que hay que desarmar…¿y cómo? Educando en sexualidad a las familias. Explicando que la educación sexual integral es muchísimo más que la genitalidad. Dando ejemplos concretos de los temas, contando qué se va a conversar o cómo se va a trabajar y por qué es necesario.

¿Y cómo terminó la entrevista con esta mamá? Bueno…eso quedará para otra entrada de blog ( pero te anticipo que terminó bien) 😉 

Y si te interesa profundizar en estos temas presta atención porque se viene una audioguía para trabajar todos estos pilares que hacen a la educación sexual integral.

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