Seguramente en tu formación profesional te explicaron que una planificación “ es la previa selección y organización de todas las actividades curriculares, en función de objetivos y con base en los recursos humanos, económicos y materiales, el interés y las necesidades de la comunidad educativa, el tiempo disponible y la correlación de fallas de años anteriores” pero sin decirte mucho más…Mucha teoría pero poca práctica.
O quizás, sí te acompañaron y ayudaron a identificar qué pasos se deben dar al momento de planear una clase, una secuencia de actividades o un proyecto bimestral. Cualquiera de estas acciones requiere de la planificación.
¿Y en educación sexual integral también te enseñaron cómo planificar? Estoy casi segura que no…y por eso te traigo esta entrada de blog, la primera del 2022 para que antes de planificar tengas en cuenta tres claves fundamentales:
Planificar no quiere decir que tengas que tener todo y cada cosa milimétricamente pensada. Una planificación es un mapa de ruta, con posibles caminos, atajos y formas distintas de mirar pero que tienen un objetivo: llegar a un cierto punto propuesto.
Una planificación debería entonces tener la suficiente flexibilidad como para ser cambiada en función de los emergentes, de las situaciones cotidianas.
No sirve de nada si planificaste, por ejemplo, trabajar con los roles de género, pero en el aula hay situaciones de maltrato y violencia o en la sala varios chicos tienen mamás embarazadas y preguntan sobre cómo se hacen los bebés pero vos te propusiste hablar de las familias diversas y seguirás con tu planificación cueste lo que cueste…
Los emergentes pueden ser un elemento que tomemos en cuenta antes de planificar o que nos sirva de guía para modificar un plan ya armado.
Por ejemplo, si empezaste a hablar de roles de género y tenés episodios de maltrato podés hablar de la violencia por género para después sí virar a lo que significa el maltrato, a las maneras de vincularse, etc.
Los contenidos de la educación sexual integral, son en su mayoría, temáticas que pueden cruzarse con otros contenidos o incorporarse de manera informal en las situaciones cotidianas.
Por esa razón, la planificación puede ser un planteo de grandes ejes que querés tener como horizonte de trabajo durante el año escolar. Y para eso podés proponer los grandes objetivos del año y luego sí bajarlos a lo concreto cruzándolo con las áreas que des o proponiendo actividades concretas en el recreo, por ejemplo, o en la dinámica cotidiana de la clase.
De esta manera estarías planificando de forma transversal y a la vez en el día a día.
Y finalmente, antes de sentarte a planear qué trabajar en ESI en el nuevo ciclo escolar, preguntáte para qué: ¿ para qué querés abordar un eje o una temática en particular? ¿cuál es el propósito de tu proyecto en ESI? Marcar este horizonte, esta guía de un PARA QUÉ te va a ayudar mucho en el armado de los objetivos pero fundamentalmente va a lograr que tu planificación no sea únicamente para cumplir con el proyecto institucional o para conformar a los directivos. Planificar en ESI es un compromiso ético con nosotros y con las infancias y adolescencias con las que trabajemos.
¿ Y vos ya armaste tu planificación en ESI? Si todavía no comenzaste te invito al próximo Taller virtual de planificación en ESI del miércoles 23 de marzo.