Aunque te parezca mentira los rayos X tienen muchísimo que ver con la visibilización de la violencia y en esta nueva entrada de blog te voy a contar por qué.
Durante siglos el lugar de infancias y adolescencias no fue el que hoy por hoy conocemos. Los niños niñas y adolescentes no eran considerados sujetos de derecho ni tenían leyes que los ampararan. Dentro de los espacios familiares estaban absolutamente bajo la potestad del padre, y únicamente del padre, porque la madre no tenía derecho sobre sus propios hijos. Este poder legal y concreto del padre se manifestaba en prácticas comunes y naturalizadas como el maltrato, los golpes, los insultos y en algunos casos incluso la muerte. Durante siglos el padre fue dueño y señor de sus hijos, sus sirvientes y su mujer.
Esta costumbre de golpear a los chicos, en el ámbito familiar, se trasladó también a las escuelas. Infancias y adolescencias eran vulnerables y vulneradas tanto en el seno familiar como en el espacio escolar.
En ambos espacios se consideraba a los golpes como formas esperables de corregir la conducta y por esta razón no se los veía como dañinos. Aún hoy es posible escuchar a adultos decir que a ellos los golpeaban y “tan mal no salieron” …
Pero no fue hasta entrado el siglo XX, en que se hizo habitual la implementación de los rayos X en la práctica médica, que se pudo hacer evidente el maltrato gracias a la ciencia. ¿Por qué? Las radiografías permitían ver, por ejemplo, las múltiples fracturas que un mismo niño podía llegar a tener y cuyos padres no podían justificar. Esto permitió el registro de un fenómeno llamado “trauma desconocido” y que se trataba de fracturas cuyo origen resultaba confuso a partir de la explicación que daban los padres.
Y en 1961 Henry Kempe, en el ámbito de la reunión anual de la Academia Americana de Pediatría, organizó el primer simposio interdisciplinario sobre el síndrome del niño apaleado o golpeado. Es decir, que recién en la década del 60’ se comenzó a hablar y a hacer visible en el ámbito médico este síndrome que significaba visibilizar el castigo físico y sus consecuencias.
Hoy el tema aún preocupa y por eso es necesario hacerlo visible. Como adultos en espacios educativos tenemos la obligación de intervenir si tenemos sospechas de castigo físico y mucho más si un niño, niña o adolescente devela que es víctima de golpes o maltratos.
Si este tema te preocupa y sentís que precisás herramientas de intervención, en breve estará disponible al actualización del curso Violencias, maltrato y abuso.