En el artículo 5 inciso b de la Ley de Educación Sexual Integral de la Provincia de Buenos Aires ( Ley 14744) aparecen los siguientes derechos:
“Asegurar el efectivo cumplimiento del derecho a la libertad sexual; el derecho a la autonomía, integridad y seguridad sexual; el derecho a la privacidad sexual; el derecho a la equidad sexual; el derecho al placer sexual; el derecho a la expresión sexual emocional; el derecho a la libre asociación sexual; el derecho a la toma de decisiones reproductivas libres y responsables; el derecho a la información basada en el conocimiento científico; y el derecho a la atención de la salud sexual.”
La negrita en el texto de la ley es mía pero porque me pareció muy interesante que una ley ponga el placer como un derecho…todo un logro! Aunque seguramente después en la práctica cotidiana del trabajo con la ESI cueste un poquito más que en la letra.
En la Ley Nacional no aparece la idea de placer y suele ser un tema bastante complejo de llevar a las aulas. Podemos hablar bastante libremente de métodos anticonceptivos, de cuestiones respecto al género… ¿pero hablamos de placer?
En general el paradigma que impera es el que promueve por encima de todo el cuidado y la prevención: debemos cuidarnos de infecciones de transmisión sexual y prevenir un embarazo no planificado. Esto es lo que desde salud se sugiere, pero de nada se habla del placer… ¿por qué?
Hablar del goce o del placer (Lacan los diferencia, pero no nos vamos a meter en cuestiones psicoanalíticas en esta entrada de blog) es quitarle a la sexualidad lo meramente biológico o reproductivo, lo que está más del lado de la naturaleza y emparenta el sexo a una necesidad fisiológica. Si consideramos el placer en el marco de la ESI podremos entonces incorporar cuestiones más del orden de los sentidos, de los afectos , de los vínculos.
¿Y cómo lo podemos llevar a la práctica?
Ya hablar de la sexualidad como parte de la subjetividad, de la construcción de lo humano como parte de una cultura es quitarle lo “natural” e “instintivo”. Si además podemos no hablar únicamente de la función reproductiva (que sabemos además que no es LA función…justamente porque somos sujetos y no animales que deben reproducirse para que no se extinga la especie) y agregarle el componente vincular estaremos avanzando varios casilleros. Nos relacionamos con otres, nos vinculamos y en esa relación también se incluye el placer y el sexo.
Trabajar desde los derechos y con la idea del consentimiento ayuda a quitarle a la sexualidad la carga moral que le han impuesto siglos y siglos de creencias y religiones. Si el sexo es consentido entre quienes lo practiquen, no debería haber límites ni prácticas buenas o malas. Por eso trabajar esta idea de consentir, de acordar de manera libre ayuda a abordar el tema del placer sin considerar cuestiones de la moralidad.
Si al consentimiento le agregamos la idea de un placer como derecho de la persona sin importar su identidad de género o su orientación sexual, podremos quitar esta idea de muchos siglos por la cual el goce está de lado del hombre cis y blanco, donde el placer lo tiene como único “poseedor” de ese privilegio.
El placer de la mujer (y podríamos agregar hoy de las disidencias) fue el gran ausente durante muchísimos años. No interesaba si la mujer gozaba o no…es más se veía mal si disfrutaba del sexo. Hoy esta idea, si bien aún persiste, de a poco ha ido cambiando. Y ahí es donde la ESI debería acompañar. ¿Cómo? Haciendo visible esa ausencia, hablando del derecho al disfrute que incluye el derecho a decidir sobre el propio cuerpo.
¿Y cómo abordarlo en concreto?
Algunos de los juegos que ya compartí en otras entradas pueden servir para trabajar este aspecto:
PESCANDO IDEAS EQUIVOCADAS
Un clásico que no me canso de recomendar. Poner frases en los pececitos del tipo: “Las mujeres son frígidas” “El hombre necesita mucho sexo porque es parte de su instinto” “Una mujer que disfruta del sexo es una prostituta” “las relaciones sexuales sirven para reproducirse” y muchas más opciones que pueden servir para poner en discusión el tema.
Si no lo conocés, buscalo en entradas anteriores.
IGUALES Y DIFERENTES
Este juego sencillo porque es un juego de la memoria tiene dos fichas que te pueden servir para hablar de placer: la ficha del clítoris y la de la polución nocturna. Ambas imágenes, luego de jugar al juego te pueden servir para hablar de qué es el clítoris, quiénes lo tienen, qué “participación” tiene en las relaciones sexuales. Y según la edad te puede servir para hablar sobre sexo oral y el orgasmo clitoriano o vaginal. Y la ficha de polución nocturna, la podés usar para hablar de “sueños húmedos”, excitación y hasta de masturbación…te animás?
LA CARRERA DE LA SEXUALIDAD
Es un juego que tiene muchas actividades y varias hablan sobre métodos anticonceptivos y para evitar las ITS. Si esa información la cruzás con esta idea de hacer hincapié en el disfrute pero desde el cuidado, vas a estar hablando de placer y a la vez de salud.
¿ Y vos hablás de placer con infancias y adolescencias?